Maestro Normal Nacional.
Psicomotricista. Licenciado en Educación Física. Psicomotricista en lo Grupal.
Especializado en Gestión y Conducción de Centros Educativos.
Director y creador de la Licenciatura en Psicomotricidad de la Universidad de Morón. (Provincia de Buenos Aires. Argentina).
Fue Coordinador Académico de la Licenciatura en Psicomotricidad de la Universidad UNIBE de Asunción (Paraguay).
Director y creador de la Licenciatura en Psicomotricidad de la Universidad CAECE de Buenos Aires.
Es Profesor Honoris Causa de la Organization Internationale de Psychomotricité et Relaxation, París, Francia.
Director Asociado de la Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales.
Miembro de la Comisión Directiva de la Red Fortaleza (Red de Universidades Iberoamericanas con Formación en Psicomotricidad).
Miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Iberoamericana de Neuroeducación.
Miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Institutos de Educación Especial Argentinos (AIEPESA).
Docente en la Licenciatura en Psicomotricidad de la Universidad de Morón y en la Universidad UNIBE. Paraguay.
Autor de los libros “La construcción del yo corporal”, “Cuerpo, función tónica y movimiento en Psicomotricidad”, “El cuerpo como origen del tiempo y el espacio” y “Jugarse jugando”.
Autor de numerosos artículos y publicaciones sobre Educación Especial y Psicomotricidad, en su país y el exterior.
Fue Miembro del Consejo de Participación y Consulta de Educación de Gestión Privada del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Consejo Consultivo de Educación de Gestión Privada de la Dirección de Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Dictó innumerables cursos, seminarios, conferencias sobre su especialidad.
En términos de acción colectiva pocas veces el mundo entero ha estado preocupado por lo mismo. Pasó en mayor o menor grado con las guerras mundiales, aunque entonces existían dos bandos y ahora hay uno solo.
Vivimos en interdependencias sociales, pero también en interdependencias ecológicas. Nuestra salud depende de la salud del ecosistema, de la salud de nuestro grupo social.
Hasta hace un año, si nos preguntaban a cada uno de nosotros que decir sobre esa actualidad y sobre el futuro de la Psicomotricidad, seguramente lo teníamos muy claro. Pero hoy, permítanme decir que será un poco más difícil.
“Trabajar con el cuerpo sin el cuerpo” es un paradigma que jamás nos imaginamos.
Según nos comentan algunos colegas y nosotros vemos ahora, están apareciendo en las consultas muchos niños, jóvenes y adultos afectados con ansiedad, angustias y depresión. Otros, con fatiga cognitiva por la escolaridad virtual y con fatiga laboral por la intensidad del trabajo, como los profesores. Son situaciones que han experimentado crecimiento en estos tiempos de pandemia.
Según las últimas mediciones, después de casi un año de aislamiento, la fatiga cognitiva es el factor más prominente dentro del impacto mental general.
Este cansancio tiene efecto en cómo pensamos, en cómo tomamos decisiones y en cómo nos cuidamos. Y justamente esto se produce en el momento que necesitamos más claridad para tomar las mejores decisiones para estar protegidos.
Un segundo factor prominente en el impacto es la intolerancia a la incertidumbre, el no saber cómo, cuándo y de qué forma retomaremos nuestras vidas. La incertidumbre, genera emociones negativas como el miedo.
Y el tercer factor es la depresión, entendida en ciertos casos como una reacción biológica y psicológica en la cual nuestro cuerpo se rinde ante la adversidad, reduce sus intentos de solución, por considerarlos infructuosos, y se entrega a la desesperanza.
Hay un sufrimiento verdadero, muy profundo al privarnos de estímulos sociales y de movimiento que influye sobre nuestra sociabilidad. Lo que nos damos cuenta ahora es que no estamos pudiendo ejercitar esta sociabilidad natural para los seres humanos.
Entonces, estamos sufriendo por el aislamiento, porque no estamos teniendo contacto físico ni interacción social.
Y las personas que están encerradas con su grupo familiar o con otras personas están sufriendo porque aumentó el conflicto en las relaciones.
Sabemos que la soledad afecta la salud mental y puede tener un impacto hasta nueve años más tarde.
Así que si nos preguntamos qué se puede hacer con los niños, jóvenes y adultos, nosotros diríamos que jugar, jugar y jugar. Juntar a los niños y a los adolescentes, que necesitan jugar e interactuar. Jugar con los adultos. Este es el tema central de nuestro trabajo en Psicomotricidad.
En tiempos en que jugar parece ser lo menos apropiado, puede que sea lo más urgente. De esto hablaremos.