Catedrática de Didáctica y Organización Escolar – [email protected]
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, Catedrática de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Murcia. En la actualidad es Coordinadora del Área de Ciencias de la Educación de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP) del Ministerio de Educación. Directora del Grupo de Investigación EDUIN (Educación Inclusiva: Escuela para Todos).
En su trayectoria profesional ha trabajado como Maestra de Educación Especial y ha sido profesora en diferentes universidades de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Sus líneas de investigación principales se relacionan con la promoción de centros y aulas inclusivas, la consecución de buenas prácticas y el desarrollo de un sistema de indicadores para una atención eficaz a la diversidad del alumnado.
Fuente: https://www.um.es/educacioninclusiva/miembros-del-grupo/pilar-arnaiz-sanchez/
Piaget ha buscado describir y comprender el funcionamiento cognitivo del niño y las etapas de su desarrollo. Interrogándose sobre la génesis del pensamiento lógico y científico ha contribuido a la comprensión de los fundamentos del pensamiento científico en general (epistemología genética). Para este autor el conocimiento humano se fundamenta, esencialmente, en la estructura biológica general y constituye un prolongamiento de los procesos de adaptación que caracterizan a los seres vivientes. Analizar las aportaciones de Piaget supone conocer la historia de la psicomotricidad y los contenidos fundamentales que emanan de las mismas. Por ello, se constituye en una figura inevitable para entender algunos de los conceptos fundamentales que vertebran la práctica cotidiana de los psicomotricistas. Conceptos como la sensoriomotricidad, la imitación, la aparición del juego simbólico, del lenguaje, del dibujo, así como, por ejemplo, la organización de las relaciones espaciales y la estructuración espacio-temporal, guardan una estrecha relación con la motricidad y el desarrollo cognitivo del niño. Por este motivo, todos ellos se convierten en elementos clave en la formación del psicomotricista, ya que dan consistencia y vertebran su práctica. El psicomotricista debe ser capaz de llevar a cabo una lectura e interpretación de los parámetros psicomotores que le muestra el niño, y de incardinarlas en su funcionamiento cognitivo. Si esto se trabaja con rigor en las sesiones de psicomotricidad, estaremos ayudando al desarrollo cognitivo del niño. En términos piagetianos, estaremos colaborando en la construcción de ese edificio jamás acabado que caracteriza a la actividad cognitiva, pues cada etapa existe solidaria y sucesiva a la precedente, y reposa sobre las fundamentaciones sensorio-motrices. Así, el desarrollo mental es una construcción continua comparable al levantamiento de un gran edificio que, a cada elemento que se le añade, se hace más sólido. Este proceso es continuo funcionalmente, pero discontinuo estructuralmente ya que tal construcción sólo puede ser atribuida a un sujeto que esté en interacción con su medio.