Licenciada de Psicomotricidad, EUTM Facultad de Medicina Universidad de la República. Uruguay.
Especialista en Gerontopsicomotricidad, Escuela de Graduados Facultad de Medicina Universidad de la República. Uruguay.
Integrante del Equipo de Docencia e Investigación en Gerontopsicomotricidad de la Licenciatura de Psicomotricidad de la EUTM, Facultad de Medicina de la Universidad de la República.
Docente y coordinadora de la Carrera de Especialista en Gerontopsicomotricidad, Escuela de Graduados de Facultad de Medicina.
Diploma en Especialización Universitaria en la Humanización de la Salud y la Intervención Social (Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Terrés - Madrid, España).
Maestría en Programa de Investigación Biomédica (Escuela de Graduados de Facultad de Medicina, Universidad de la República).
Docente del Diploma en Gerontopsicomotricidad (CICEP, Santiago de Chile).
Presidente de la Sociedad Uruguaya de Gerontopsicomotricidad (SUGPM).
Miembro de la Sociedad Uruguaya de Geriatría y Gerontología (SUGG).
Existe evidencia consistente de que las cualidades de apego infantiles se correlacionan con patrones de conducta y sentimientos en las relaciones adultas, llamado sistema de apego adulto. Se asume entonces, que el grado de seguridad de una persona en ser ayudado, y las formas características de manejar la ansiedad son producto de una larga historia de interacciones con figuras de apego, donde la capacidad de depender de otro es fundamental.
Estas predicciones son consistentes con los correlatos encontrados entre los patrones de apego y síntomas físicos, mayor prevalencia de numerosas condiciones médicas, la sobre o sub utilización de los cuidados médicos, dificultades en la relación terapeuta-paciente y las mutuas interacciones frustrantes.
Comprender al terapeuta en Gerontopsicomotricidad como una figura de apego es una perspectiva novedosa que puede iluminar la relación entre el sistema de salud y el paciente mayor. Este vínculo es parcial en el sentido de que provee algunas pero no todas las funciones de apego, pero la perspectiva del apego favorece intervenciones más fortalecidas, que pueden ser más fácilmente planificadas y puestas en práctica, Esto incrementa la probabilidad de establecer o mantener una alianza de trabajo, aun cuando el comportamiento del paciente es complejo, traduciéndose en una mejor adherencia , menores complicaciones, y finalmente, en una mayor calidad y tal vez, cantidad de vida.